martes, 24 de noviembre de 2015

CÓMO CATAR UN VINO

Muchas veces, olvidamos el placer y la satisfacción que nos produce disfrutar distendidamente de esas pequeñas cosas de la vida que tienden a ser efímeras.
Por ello, debemos ser conscientes de todo aquello que podemos deleitar, sin olvidar que en su práctica está la verdadera esencia.

En el caso de los vinos, tendemos agilizar los procesos de consumo sin respetar y sin valorar cada matiz que ese caldo de bodega nos brinda. 
Pensar que la valoración de los vinos queda únicamente relegada a los Enólogos es un error, pues ellos son los profesionales que se encargaran de cuidar todas sus propiedades para nuestro posterior disfrute.

¿Cómo realizar la cata de un buen vino?

Una de las características que tienen los vinos es que son capaces de estimular cuatro de nuestros cinco sentidos:

- La vista.
- El olfato.
- El gusto.
- El tacto.

En este mismo orden sensitivo, transcurren las posteriores fases de cata.

I) Primera Fase: Visual

En primer lugar, servimos el vino en una copa. Como se trata de una degustación previa, trataremos de no verter un cantidad elevada del mismo.
Una vez está el vino en copa, cogiendo la misma por el tallo o base, observaremos su tonalidad. El color de un vino, generalmente nos dará información acerca de su edad. Siendo los vinos mas jóvenes aquellos de un color mas brillante y en tonos cereza en el caso de los tintos, y más granates, incluso anaranjados, aquellos más envejecidos. 

II) Segunda Fase: Olfativa

La fase olfativa, podemos dividirla en tres fases a su vez:

- Aromas primarios: Estos, son registrados cuando aproximamos nuestra nariz al balón de la copa y percibimos los olores característicos de la uva.

- Aromas secundarios: Cuando agitamos la copa ligeramente, hacemos que el vino se oxigene consiguiendo registrar esos aromas que se originan durante la fermentación.

- Aromas terciarios: Estos, también son conocidos como "Bouquet". Es cierto, que son los más complicado de percibir. Se desarrollan durante y después de la crianza del vino y pueden clasificarse en animales, vegetales, frutos secos...

III) Tercera Fase: Gustativa

Los preliminares, son importantes para la seducción y la llamada de atención... Pero cuando los aromas nos han cautivado hay que pasar a la acción. Y nunca mejor dicho, puesto que la primera fase a nivel gustativo es "el ataque". Estas son las primeras sensaciones que se perciben cuando el caldo llega a nuestras papilas.

Lo primero es registrar los sabores primarios: dulces, salados, ácidos y amargos. Por ello cuando hablamos de un vino "redondo" lo hacemos para referirnos aquel que consigue un equilibrio perfecto entre estos cuatro sabores.

Posteriormente, pasaremos a detectar la textura. Generalmente suelen definirse como sedosos y aterciopelados.

En tercer lugar cuando tragamos el vino, al igual que ocurre cuando bebemos cualquier otra bebida, expulsamos aire por la nariz (vía retronasal). Este aire mantiene esas sensaciones propias del sabor y del aroma. Si se mantienen por largo tiempo estas sensaciones, estaremos hablando de un vino de larga retronasal o corta retronasal cuando no se extienden en el tiempo.

Finalmente, en última instancia, elaboramos un juicio general de nuestras impresiones. Para ello tendremos en cuenta todos los matices previos y nos centraremos en el recuerdo que el vino nos ha dejado en boca. Es posible que tenga un final muy definido o todo lo contrario... En función de la persistencia de ese final podemos hablar de un vino corto, mediano o largo.

Como pueden ver queridos/as Ladies & Gentlemen, el disfrute está en mano de todos. Así que beban, saboreen, analicen y después... ¡No conduzcan!



Duque de Praga